El corazón de Laylah Petersen, de 5 años, fue trasplantado a otra niña enferma, informa AP. Laylah murió después de que unos desconocidos entraran en su casa en la ciudad de Milwaukee, en Wisconsin, y abrieran el fuego. En aquel momento la niña estaba sentada sobre las rodillas de su abuelo y veía dibujos animados por televisión.
La Policía aún no ha hallado a los autores del asesinato, pero cree que ninguna persona concreta fue el objetivo de los delincuentes, que pudieron entrar a la casa por error. Al menos 11 niños menores de 13 años han sido víctimas en esta ciudad de disparos en lo que va de año.