Las autoridades chinas han introducido en la región autónoma uigur de Sinkiang la práctica de ofrecer incentivos económicos a los jóvenes de distintos grupos étnicos que contraigan matrimonio entre sí. En concreto, se remunera a los recién casados si un miembro de la pareja pertenece a una minoría étnica, especialmente a los uigures, y la otra a la etnia mayoritaria, los han.
La iniciativa, criticada severamente por los uigures, en su mayoría musulmanes, incluye también privilegios a la hora de acceder a la vivienda pública, así como facilidades para recibir asistencia médica y educación para los hijos de la pareja, según informa la emisora Radio Free Asia.