Un ciudadano de EE.UU. procedente de Bangladés y simpatizante de Al Qaeda reconoce haber participado en un complot terrorista contra el Pentágono y el Congreso en Washington. Tenía previsto atacar ambas instituciones con modelos reducidos de aviones teledirigidos llenos de explosivos.
El plan fue destapado por unos agentes encubiertos del FBI que se ganaron la confianza del hombre y el individuo les reveló su intención de cometer esos actos.
El acusado, que se encuentra en prisión desde septiembre de 2011 y no ha confesado su culpabilidad hasta este sábado, enfrenta ahora una condena de 17 años.