También fueron hallados ocho cadáveres en una furgoneta, que según las autoridades serían víctimas del crimen organizado. Los cuerpos presentaban signos de tortura y estaban en un avanzado estado de descomposición. En las acciones policiales se decomisaron equipos de radiocomunicación, armas de asalto y municiones que los cárteles usaban en sus enfrentamientos para hacerse con el control de la región.