La policía australiana usó gas lacrimógeno para dispersar a los manifestantes islamistas en Sídney que se unieron a la protestas que desde el pasado martes de han propagado por todo el mundo, en reacción a una película de EE.UU. que retrata al profeta Mahoma como mujeriego y pedófilo.
Unos 500 manifestantes marcharon por las principales calles del centro de la ciudad australiana, en medio de una fuerte presencia policial. En las pancartas que portaban los manifestantes se podían leer lemas tales como "hay que decapitar a quienes insultan al Profeta".
Según medios locales, los manifestantes arrojaron objetos y botellas de agua contra la policía. Los paramédicos informaron que han atendido al menos a una persona que sufrió heridas.