Los miembros del Sindicato de Maestros de Chicago (compuesto por más de 29.000 profesores) ha decidido no votar formalmente la posibilidad de poner fin a su huelga, que durante toda la semana, dejo sin clase a 350.000 alumnos.
Los maestros dicen que no tienen "prisa", y quieren tener la oportunidad de continuar discutiendo y manteniendo consultas antes de votar para terminar con el paro, por lo que se estima que las clases no empezarán al menos hasta el miércoles.
Los maestros exigen un aumento de sus salarios y mejoras en sus condiciones laborales en las escuelas.