El estado de Washington, EE.UU. está sembrado de incendios forestales que cubren parte de un territorio de 370 kilómetros cuadrados y que además se esparcen cada vez más debido a la sequía y la falta de lluvia.
Una espesa humareda cubre tanto el territorio en llamas como sus alrededores. La situación obliga a la administración de la región a suspender las clases en las escuelas, aconsejar a los ciudadanos que no acudan a sus trabajos y cerrar algunas carreteras. Más de 200.000 máscaras antigás fueron enviadas a la zona.