El Departamento de Justicia de EE.UU. entabló el miércoles una demanda civil contra el Bank of America por valor de 1.000 millones de dólares. Acusó a la entidad de fraude hipotecario. Según la Fiscalía estadounidense, la empresa hipotecaria Countrywide que el banco adquirió en 2008 concedía préstamos tóxicos y suavizaba las condiciones de los créditos para atraer más clientes.
Tal política desembocó en "tasas de defección" que se acercaban al 40%, aproximadamente nueve veces más de lo normal en la industria. Sin embargo, los responsables de la empresa prefirieron callar el problema y entregaban bonificaciones a sus empleados por "refutar" los desafíos. Cuando el esquema explotó, el banco se negó a recomprar la mayoría de sus préstamos tóxicos.