En Serbia ha estallado un escándalo político al más alto nivel a causa de las escuchas telefónicas al presidente del país, Tomislav Nikolic, y al ministro de Defensa, Alexander Vucic.
La Agencia para la Información y la Seguridad del país confirmó que la Policía serbia había iniciado las escuchas del teléfono presidencial hace unos días. El teléfono del ministro de Defensa había caído bajo el control de la Policía incluso antes.
El primer ministro serbio, que a la vez encabeza el Ministerio del Interior del país, Ivica Dacic, declaró que no está involucrado en las escuchas y señaló al jefe de la Policía Criminal como el principal sospechoso.
Dacic apuntó que si se demuestra la culpabilidad de los policías, “habrá varios despidos y arrestos dentro del Minsiterio del Interior”.