Los especialistas de la 57ª unidad de perforación de la Expedición Antártica Rusa penetraron por primera vez en el lago cubierto por una capa de hielo de cuatro kilómetros de grosor, en febrero de este año. El análisis de las primeras muestras del agua del lago ha demostrado que están esencialmente libres de microorganismos, aunque los científicos todavía tienen esperanzas de encontrar organismos desconocidos para la ciencia allí.