Las disputas sobre el archipiélago Senkaku (Diaoyu para los chinos), que Pekín se considera como territorio chino, surgieron en la década de 1970. La tensión regional volvió a dispararse el pasado 11 de septiembre, cuando el Gobierno japonés informó de la compra de tres de las cinco islas a su propietario por 2.000 millones de yenes (20 millones de euros).
Japón asegura que las islas pertenecen a la ciudad de Ishigaki, situada en la prefectura de Okinawa, y rechaza todas las reivindicaciones chinas.