Los expertos consideran que un cortocircuito eléctrico provocó la chispa que detonó el gas acumulado, pero todavía se desconoce el origen exacto de la fuga de la sustancia inflamable. Actualmente, las autoridades investigan la fuente del gas, que al parecer era metano que escapó de una serie de conductos que estaban debajo del edificio.
Murillo agregó que una investigación llevada a cabo por especialistas de México, España, EE.UU. y el Reino Unido no encontró ningún resto de explosivos en entre los escombros.