La Policía de Atenas despejó una manifestación de inversores particulares en los bonos del Estado.
Los manifestantes, cuyos ahorros resultaron aniquilados tras la reestructuración de la deuda nacional, intentaron acceder a la mansión del primer ministro de Grecia, Antonis Samarás, para expresarle su protesta. Se produjeron varios enfrentamientos y la Policía empleó gas lacrimógeno.
Los pequeños inversores denuncian haber sido damnificados por la reforma a condiciones iguales que las aplicadas a los acreedores internacionales. El volumen de la condonación obligada superaba el 70% del valor nominal de cada bono, y una parte de los recursos liberados fue dirigida por el Gobierno al rescate de la banca.