Entre el 4 y el 8 de marzo, el grupo Iberia canceló casi 1.300 vuelos, de los que 431 corresponden a la aerolínea de cabecera, 100 a Iberia Express, 316 a Vueling y 434 a Air Nostrum.
La protesta fue convocada para intentar evitar el despido de 3.800 empleados y los recortes salariales al resto de la plantilla, previstos en el plan de saneamiento ideado por la empresa. El pasado 22 de febrero, la compañía tuvo que afrontar el mayor paro laboral en su historia con la participación de unos 20.000 de sus trabajadores.