El papa Francisco ha llegado a la residencia apostólica de Castel Gandolfo, a una treintena de kilómetros al sur de Roma, para visitar y almorzar con Benedicto XVI, que se aloja allí desde que dejó de ser sumo pontífice, lo que supone un evento inédito en la historia de la Iglesia.
El nuevo papa
regresará al Vaticano después del almuerzo y de haberse reunido a solas con Benedicto XVI.