Francia envió sus tropas a Bangui, la capital de la República Centroafricana, donde se reanudaron los enfrentamientos entre los insurgentes y las fuerzas gubernamentales, para evitar que los rebeldes de la coalición Seleka tomen el aeropuerto de la ciudad y para evacuar a los extranjeros del país si fuera necesario.
Asimismo, París instó al Consejo de Seguridad de la ONU a celebrar una reunión urgente al respecto.
Según informó el jefe del Estado Mayor de la Seleka, Arda Hakouma, los rebeldes centroafricanos entraron el sábado en Bangui y avanzaron hacia el Palacio Presidencial, exigiendo al presidente del país, François Bozizé, que renuncie.