El director general de la corporación gubernamental rusa de armamento Rostec, Serguéi Chémezov, y el monarca de Jordania, Abdalá II, inauguraron este jueves una fábrica de granadas propulsadas por cohetes, concretamente del modelo ruso RPG-32.
La fábrica estará ubicada a 20 kilómetros al noreste de la capital del reino, Ammán, y se estima que producirá por año unos 60.000 proyectiles -de 72 y 105 milímetros de calibre- capaces de derribar la mayoría de los vehículos blindados actuales, además de otras instalaciones militares.