Pyongyang ha acusado a Seúl de intentar secuestrar a nueve jóvenes norcoreanos que huyeron del país, informan los medios surcoreanos.
Los jóvenes fueron detenidos en Laos y posteriormente repatriados a Corea del Norte. En el momento de la detención estaban acompañados por dos surcoreanos, a los cuales Pyongyang acusa de lavar el cerebro de los jóvenes y torturarlos, haciéndoles abandonar Corea del Norte.
Corea del Sur niega las acusaciones, declarando que los acompañantes de los jóvenes solo les ayudaban.
Tanto los surcoreanos como la ONU han expresado su preocupación por la vida de los jóvenes, ya que en Corea del Norte los refugiados repatriados enfrentan castigos severos e incluso la ejecución.