La ciudad de Tel Kalah, en la provincia de Homs (noroeste de Siria), está de nuevo bajo el control del Ejército sirio después de dos años de combates. Los 39 comandantes de los rebeldes se rindieron ante los soldados de Bashar al Assad admitiendo que no habían perdido la batalla, sino que la oposición los había decepcionado y que entregaban las armas voluntariamente, señalan los medios de comunicación.
La zona era estratégica para los milicianos, ya que por la ciudad pasa una importante ruta de contrabando de armas y municiones desde el Líbano.
La oposición siria niega la caída de la ciudad, asegurando que la lucha continúa. Sin embargo, según el corresponsal de 'The Independent', "el personal militar y los civiles de la ciudad parecían relajados, y en las calles no quedan señales de los recientes combates".