La operadora de Fukushima-1, TEPCO, detectó una nueva concentración de partículas radiactivas en el mar frente a la central nuclear. El nivel de la contaminación radiactiva en la zona es cinco veces mayor que el admitido por las normas sanitarias.
Durante la última semana la empresa taladró varios pozos nuevos para monitorear las aguas subterráneas. Eso permitió revelar que la concentración de los peligrosos isótopos cesio-134 y cesio-137 sigue creciendo día tras día por causas hasta hoy no determinadas.
Las fugas de agua contaminada es uno de los problemas claves que representa la central Fukushima-1 en la actualidad.