Por ejemplo, la secretaria de Estado adjunta de EE.UU. para Asuntos Europeos, Victoria Nuland, llegó a Kiev durante los sangrientos acontecimientos en Maidán y manifestó activamente su apoyo a los activistas proeuropeos e incluso compartió galletas con ellos.
Recientemente, ha sido el vicepresidente de EE.UU., Joseph Biden, quien ha visitado Kiev en dos ocasiones. Ambos viajes culminaron con declaraciones en apoyo a Ucrania, pero sin propuestas ni medidas concretas. El politólogo Jordi Albert de la Fuente califica la actitud de EE.UU. como un "intento de cercar a Rusia".