Y es que si pasamos de calificaciones a la realidad, la deuda pública promedio de los países emergentes, como por ejemplo los integrantes del grupo BRICS, es considerablemente menor que las de economías avanzadas, como Japón, EE.UU. o Alemania.
Sin embargo, Standard & Poor's le da a los países con mayor deuda una mejor calificación crediticia, la triple A. Esto se define como una capacidad fuerte para cumplir con sus compromisos financieros.
Mientras que a las naciones con mayores índices de crecimientos de desarrollo económico las pone en el fondo. La calificación triple B, se le otorga a los países con una fuerte dependencia de cambios económicos o coyunturales. Las obligaciones de Rusia, con una doble B, son valoradas por la agencia como especulativas, coloquialmente denominados "bonos basura", con un alto riesgo de impago.
Para el economista Santiago Niño-Becerra estas contradicciones no son producto de una valoración económica adecuada, sino de la coyuntura política actual.