Antes de las restricciones, Rusia era el segundo receptor de productos agrícolas europeos. De ese modo, en 2013, Europa ganó 11.800 mil millones de euros con esas exportaciones a Rusia. Lo cual representaba un 10% de todas de las ventas agrícolas de los Veintiocho. Así que los países más afectados por tales limitaciones fueron Lituania, Polonia y Alemania. Los sectores que más impacto sufrieron por la respuesta rusa a las sanciones de la Unión Europea fueron los productos lácteos, la carne, la fruta y la verdura.
Ante esta situación, el economista Jesús Domínguez Mielgo cree que la ampliación de las sanciones europeas demuestra que Bruselas actúa en su contra y obedece a la política de Washington.