El exprisionero, un ciudadano sirio de 43 años que tenía que salir de la cárcel en el año 2009, estuvo privado de libertad durante más años. Por ese motivo, en 2013 inició una huelga de hambre.
Las autoridades de EE.UU. afirman que la difusión de las imágenes de la tortura sería una amenaza para la seguridad nacional al herir la sensibilidad de los musulmanes en el extranjero. Sin embargo, el juez del distrito rechaza tal afirmación y llama a publicar la grabación siempre y cuando se preserve la identidad de los guardias.