Se congregaron en las inmediaciones de la piscina en McKinney donde un policía blanco esgrimió una pistola contra un grupo de jóvenes desarmados y se excedió en el uso de la fuerza contra una adolescente afroamericana.
Los manifestantes mostraron pancartas con frases como "mi color no es un crimen" y en las que exigían que el agente sea apartado de su puesto. El suceso ha salido a la luz gracias a un testigo que grabó todo lo ocurrido.