La localidad francesa se ha convertido en foco de atracción de inmigrantes ilegales, que desde agosto del año pasado han aumentado su presencia hasta alcanzar las 3.000 personas. Desde las organizaciones humanitarias se alerta de que la cifra de inmigrantes puede llegar a 5.000 durante los próximos meses. Sobre este asunto, el periodista internacional Alberto Rabilotta estima que la política de la UE es errónea y no podrá solucionar el problema provocado por los propios "países colonialistas".