"La gran fuerza de lo que ocurrió en la región latinoamericana es que el mundo puede saber hoy y, sobre todo los sectores más vulnerables, los más atacados por el capitalismo financiero, que el único camino no es agachar la cabeza frente a los poderosos, sino que hay otro camino, que necesariamente pasa por un estado activo y una ciudadanía que se movilice y que respalde políticas de reparación social", declara a RT.