La marcha se desarrolló con una fuerte presencia policial. Los manifestantes, uniendo sus manos, formaron una cadena humana alrededor de la muralla de la antigua parte de la ciudad. Para dispersar a docenas de personas, los agentes emplearon granadas aturdidoras y balas de goma. La violencia no da tregua en la región. Desde septiembre las relaciones entre Israel y Palestina se han tensado aún más y han fallecido en este tiempo al menos 127 palestinos y 20 israelíes.