Las fuerzas del orden han dispersado a los activistas con gas lacrimógeno y cañones de agua. Mientras, en plena tensión, varias ONGs prokurdas han instado a la autonomía de la región. Hace dos semanas el Gobierno turco lanzó una operación masiva contra los miembros del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), al que Ankara considera una organización terrorista.