Para dejar a Cataluña "a las puertas" de convertise en un Estado independiente, Carles Puigdemont se ha fijado un plazo orientativo de 18 meses. Y también ha anunciado que su idea es una "república que esté al servicio de todos". Por su parte, la oposición ha criticado al nuevo gobierno al que acusan de estar interesado exclusivamente en el proceso secesionista y no en los problemas de la comunidad autónoma. El nuevo Parlamento está compuesto por una mayoría independentista, pero la estabilidad en el hemiciclo depende de frágiles acuerdos entre varias fuerzas.