El sumo pontífice ofició una misa multitudinaria en la ciudad de Ecatepec de Morelos, en el estado de México, una de las regiones más pobres y violentas. También insistió en su crítica a la corrupción que paraliza México y contra los traficantes de la muerte ante 300.000 personas.
En su visita al estado de Chiapas, igualmente castigado por la pobreza y violencia, denunció la exclusión de los indígenas .