El fondo Brecher, integrado por un grupo de importantes acreedores individuales, habría aceptado la propuesta del país sudamericano de pagar 150% de beneficios sobre el capital adeudado.
Ahora, las miradas recaen sobre el Congreso argentino, el cual deberá ratificar las condiciones pactadas y levantar las leyes que limitaban la negociación con acreedores que quedaron fuera de la reestructuración inicial de la deuda soberana en 2005.