Pasados dos días de la publicación del 'informe Chilcot' sobre la legalidad de la intervención en Irak, el foco de atención parece trasladarse del Reino Unido a EE.UU. Allí se alzan voces que denuncian la impunidad del poder estadounidense tras aquel error "calamitoso", como lo llaman, y exigen su propia investigación. Sin embargo, en Washington declaran que no se revisarán las decisiones que llevaron a aquella intervención en 2003. Semión Sénderov ha analizado el asunto.