El 22 de agosto de 2006 fallecieron 160 personas al estrellarse un avión de este modelo en Ucrania. Tres años más tarde otro siniestro protagonizado por un TU-154 en el norte de Irán tampoco dejó sobrevivientes. Y en abril del 2010 todo el mundo quedó conmocionado por la catástrofe del avión, en el que viajaba el presidente de Polonia, Lech Kaczynski, en la ciudad rusa de Smolensk.