"El Gobierno de EE.UU. podría dar pasos para socavar la libertad de palabra"

Una risa puede tener consecuencias. Es el caso de la activista Desiree Fairooz, que se echó a reír durante una audiencia del Congreso norteamericano en enero pasado. Ahora la mujer puede enfrentarse a una pena de hasta un año de cárcel. "No he sido acusada por reírme, pero esa es la razón por la que me apartaron", comentó Fairooz a RT. Y añadió: "nos damos cuenta de que el fiscal general y el Gobierno pueden efectuar pasos difíciles para socavar la libertad de palabra".