Tras hacerse público este asunto, el Gobierno mexicano ha comunicado que no existen pruebas de tal espionaje. Sin embargo, Ixchel Cisneros, periodista y directora del Centro Nacional de Comunicación Social, difiere en este respecto.
"La prueba más clara es que este 'malware' solo se ve en el Gobierno", indicó la periodista, subrayando que los comunicadores espiados realizaban labores que tocaban temas sensibles para las autoridades, "como agresiones a los derechos humanos o corrupción".