Durante décadas, la Unión Soviética fue considerada el enemigo número uno de EEUU. Un claro exponente de este fenómeno fue la caza de brujas durante el periodo del macartismo (1950-1956), que investigó a cientos de personas sospechosas de ser agentes soviéticos o simpatizantes del comunismo, y que acabó con las carreras de numerosos artistas.
Hijo de un esclavo fugitivo, Robeson no solo fue el primer actor negro en EE.UU. en interpretar a Othello, sino también uno de los primeros en ingresar en el colegio de abogados de Princeton. Infortunadamente, siempre vivió el racismo, por lo que decidió dedicar su popularidad a denunciar las injusticias y oponerse a la guerra.
Sin embargo, su carrera se truncó el día en que el Gobierno de EE.UU. lo acusó de comunista basándose en unas declaraciones suyas, y decidió privarle de su pasaporte y borrar su popularidad. Ni siquiera sus vecinos sabían quién era y él no lo aclaraba por prudencia o más bien por miedo a que pudieran convertirse en objetivos del FBI.
Buena parte de los estadounidenses no saben quién fue y su rol como activista y algunos de sus otros logros están silenciados. No obstante, hay personas que intentan, poco a poco, alumbrar el recuerdo de una gran injusticia de quien fuera "el artista más popular del mundo".