Según informó el viceministro de Régimen Interior, más de 2.000 policías entraron al recinto penitenciario donde se encuentran unos 4.000 reclusos.
Los incidentes se produjeron una semana después de un motín provocado por la decisión gubernamental de prohibir las visitas de niños menores de seis años a sus familiares encarcelados. Las fuentes oficiales señalaron que la operación resultó exitosa y que la policía tomó el control sobre los presos.