Los agentes emplearon gases lacrimógenos y granadas de humos e hicieron retroceder a los invasores. Los activistas, a su vez, armaron barricadas y organizaron incendios. Inicialmente, ocuparon dicho terreno para impedir la construcción de un aeropuerto. Sin embargo, unos 250 permanecieron en el sitio incluso después de que el proyecto fuera cancelado a principios de este año.