Anteriormente Salah bin Jamal Khashoggi no podía abandonar Arabia Saudita porque las autoridades le habían retirado el pasaporte hace varios meses, supuestamente como represalia por la actividad periodística de su padre, muy crítico con el Gobierno de su país.
Según la portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., fue Mike Pompeo quien exigió que se permitiera la salida de Arabia Saudita del hijo de Khashoggi, que tiene doble nacionalidad estadounidense y saudita.