Varias participantes del proyecto compartieron sus historias con RT.
El taller de tapicería que Heidi Tercero Rodríguez fundó hace casi dos décadas y es un lugar donde la madera, la tela y el espíritu emprendedor se encuentran cada día. Aunque creció en una familia de carpinteros, abrirse camino como creadora de muebles no fue sencillo y el acceso al financiamiento parecía un sueño lejano.
Fue el Gobierno de Nicaragua el primero en confiar en su capacidad otorgándole su primer crédito solidario a través del programa Usura Cero.
"Anduvieron muchachos ofreciendo de lo del crédito y así me di cuenta y me fui metiendo con grupos de varias muchachas de aquí mismo del barrio. Y fuimos creciendo y hasta la vez ahí vamos, gracias a Dios, creciendo. Es una gran oportunidad para nosotras las mujeres porque habemos mujeres que estamos a dispensa de lo del marido, pero gracias a Dios, habemos mujeres que se nos abre la chispa y nos vamos expandiendo nosotras mismas. Tenemos la oportunidad de trabajar", detalló Rodríguez.
Con su negocio, Heidi ha cumplido varias metas: educar a sus hijos, adquirir su casa propia, llevar sus creaciones a diferentes departamentos del país y además generar empleo para jóvenes de su propia familia.
Una historia similar vive Ingrid Ruiz Luna, quien se enteró de los créditos a través de una amiga. Hoy genera empleo a cinco personas, abastece restaurantes y ha logrado multiplicar su producción de 30 a 600 nacatamales cada semana, un platillo típico de las celebraciones navideñas, festividades religiosas y en los hogares. Sin embargo, la travesía hacia este logro no ha sido fácil.
"En el camino hay trabas, hay tropiezos y a veces hay negativos de personas que te dicen no, no lo vas a poder hacer. Nosotros vendemos y no se le gana. O sea, siempre hay negatividad en el camino. Pero uno tiene que tener la fe y seguir adelante, luchar para que todo salga bien", confesó Ruiz Luna.
Usura Cero es un programa de créditos dirigido a mujeres nicaragüenses mayores de 18 años. En una primera etapa, cada protagonista puede acceder hasta a diez préstamos, con montos que oscilan entre el equivalente a 270 y 550 dólares y una tasa de interés anual del 5 %.
Posteriormente, mediante un esquema de abonos semanales, una tasa de interés del 10 %, y de acuerdo a la capacidad de pago, las beneficiarias reciben préstamos de hasta 50.000 córdobas (unos 1.360 dólares).
Por otro lado, un aspecto destacado de este programa es que no establece límites de edad ni condiciones relacionadas al estado de salud.
Salvadora Castro Bonilla afirmó a un coordinador que quería trabajar mientras ya estaba "pasando las cosas del cáncer". "'¿Y cómo puede trabajar usted?' Pues yo quiero que algún banco me preste algo, le digo yo. 'Ah, espéreme —pues me dice—, le voy a decir a la otra coordinadora para que la lleve a Usura Cero'", relató la conversación.
Para recibir estos créditos, un requisito fundamental es que las mujeres se organicen en grupos solidarios de entre tres y diez integrantes. Cada participante puede optar a dos o tres préstamos por año, con plazos que van desde los seis hasta los 24 meses. Además, previo al desembolso todas reciben capacitaciones impartidas por alrededor de 200 facilitadores, garantizando que sus emprendimientos crezcan con conocimiento y sostenibilidad.
Las capacitaciones están dadas en dos fases, explicó Miriam Liseth Oporta López, coordinadora de estrategias socio-productivas de INATEC.
"Una primera fase en donde se acompañan a las protagonistas para elaborar un plan de negocio y un presupuesto de negocio. En esta primera fase también se garantiza lo que es la política de crédito, la filosofía de lo que es el programa Usura Cero que viene a fortalecer a las mujeres en todo el territorio nacional, garantizando ese derecho como mujer a través de las políticas que tiene nuestro buen Gobierno de integrar a las mujeres que no tienen acceso a la banca nacional. Y una segunda fase que acompaña temas contables como inventarios, técnicas de ventas ", aclaró.
En cada barrio del país, ya sea en las pulperías, negocios artesanales, restaurantes, incluso en los mercados se siente el impacto de este programa. Desde su creación en el año 2007 se han otorgado más de 1,8 millones de créditos, impulsando negocios y dignificando la calidad de vida de las mujeres y de sus familias.
