Durante su recorrido por Asia, el presidente de EE.UU., Barak Obama, visitará Japón, Corea del Sur, Malasia y Filipinas. Llama la atención que en la gira no figure China, país que por su peso económico sería el centro de cualquier actividad política en la zona. Para el analista internacional Alex Corrons esta actitud vendría dada por la intención de Washington de generar un contrapoder en la región por temor a que el poderío de Pekín termine con la hegemonía norteamericana.