Y si no, que se lo cuenten a este ruso, que quiso hacerse el valiente bebiendo un vaso de vodka encendido. Al beberse el alcohol, un par de gotas en llamas se le salieron de la boca e inmediatamente el fuego prendió en el pelo de su pecho. Afortunadamente, sus amigos lograron apagar el fuego mientras el desafortunado bebedor hacía muecas de dolor.