El conductor murió en la ambulancia a consecuencia de las heridas, mientras que su acompañante quedó sentada en su sitio, milagrosamente intacta. Todo a su alrededor era un amasijo de metal, pero la mujer estaba allí, sentada tranquilamente, como si nada hubiera ocurrido. Las personas que se apresuraron a ayudar a la pareja contaron que la mujer estaba en evidente estado de shock, completamente abstraída de la realidad, revisando su bolso y hablando por teléfono.