Al principio todo iba bien hasta que el taladro atrapó un mechón de cabello de la joven, desprendiéndoselo del cuero cabelludo. Resulta curiosa la reacción de la adolescente, que se sorprende, pero no grita ni llora, quizás porque aún no entiende lo qué pasó.
Los médicos tranquilizaron a la joven y le dijeron que su pelo crecerá de nuevo.