Ocurrió en Voss, Noruega. Jon Gjerde, un experimentado aladeltista, se encontraba realizando unos ejercicios de prueba. Uno de ellos consistía en la ejecución de una vuelta completa a su ala delta.
Sin embargo, no todo salió como se esperaba. Durante el giro, el aparato no resistió y se rompió en dos pedazos. A pesar de los nervios, Gjerde supo mantener la calma y activar su paracaídas de emergencia. Todo esto fue grabado con una cámara instalada en el aparato.