Y es que al levantar la barra de media tonelada el deportista, que pesa 181 kilos, cayó inmediatamente de rodillas y perdió la conciencia. Según varios medios británicos, la presión en el cuerpo de Hall hizo que los vasos sanguíneos de su cabeza explotaran.
"Casi me mato", dijo posteriormente a la prensa. "La presión sobre mi cuerpo fue surrealista, absolutamente irreal. Me desmayé y me sangró la nariz", explicaba. "Creo que este récord va a estar en los libros de historia durante mucho, mucho tiempo", concluyó Hall satisfecho.