El hombre varias veces arrastra violentamente al agua a la menor, que no sabe nadar, y en un momento dado la mantiene sumergida durante varios segundos. Los hechos currieron mientras la madre de la pequeña dormía en su habitación. La niña salió caminando de la piscina, pero muy mareada, después de lo cual murió debido a la cantidad de agua que había ingerido. El crimen ocurrió el 12 de agosto de 2015, mientras que el agresor fue detenido y sentenciado a cien años de cárcel el pasado mes de agosto.