Un motorista grabó el extraño comportamiento de un conductor que circulaba por la cuneta chocándose contra todo en su camino, incluso contra una farola. El motorista instó al hombre a detenerse, creyendo que tal vez estuviera borracho o se tratara de un bromista. Finalmente quedó claro que el conductor había sufrido un infarto cerebral y que esa era la razón de su errática conducción.