Se informa que el agredido intentó burlarse de estos animales colgándoles comida y retirándolas inmediatamente con una cuerda cuando estaban a su alcance. Tras fastidiarlos por completo, el bromista casi muere. Los testigos aseguran que el oso —ya harto de las burlas— lo alcanzó con sus garras y el hombre cayó en el interior del recinto. Al parecer perdió la conciencia al momento de caer, ya que no oponía resistencia. Un valiente amigo decidió meterse en el lugar y rescatarlo. Si bien fue trasladado al hospital con severos rasguños y mordidas, su vida no corre peligro.